Relatos de Mocheños: Historias y Leyendas
Orgullosa de ser Vilca
El “Neto” fue mi padre, también conocido como el “Gato.” Francisco Ernesto Vilca Valverde, nunca aceptó su primer nombre. Se sentía bien con ERNESTO. Yo, porfiada, puse a mi hijo su mismo nombre y le enseñé de pequeño a ser llamado Francisco, que además de ser un bonito nombre que llevan mi esposo, mi suegro y mi compadre, me recuerda a San Francisco de Asís, un bendecido de Dios, amante de la naturaleza, una característica de mi personalidad.
¿Un castigo o un milagro?
Hace muchos años y antes que se quemara la Iglesia de Mocha en 1938, se recuerda que en el templo habían dos imágenes de San Antonio como patronos del pueblo: el Moro, como tambien llamaban al más joven que atraía a los feligreses por su simpatía; el otro era más viejo, antiguo, obeso y pesado.
El joven, por supuesto, era más liviano y de reluciente aspecto. He aquí la historia que se da por cierta.
¡El Agua!...¡El Agua!
Un grito que se iba repitiendo, simulando el eco natural de los cerros circundantes. Pero no era el eco, no era un juego, era un grito de alerta de persona a persona y de chacra en chacra como prevención de accidentes y hasta de muerte. Estos pasajes de mi memoria que se remontan a mi infancia y adolescencia, en compañía de mis padres, recorriendo alguna chacra, en la vejez de la tarde, muestran a mi travieso padre pidiéndome que yo gritara también, lo que yo obedecía por lo entretenido que era gritar a todo pulmón(cosa que disgustaba a mi madre): “¡El agua!, ¡el agua!”. Por la geografía dibujada en terrazas, que permiten visualizar el cauce del río desde el pueblo, era fácil ver cómo saltaban rápidamente todos los que estaban al otro lado, regando, o haciendo alguna otra tarea en la fértil madre tierra, para llegar sanos y salvos al pueblo antes de que los “pillara” el agua.
El Carnaval
El Carnaval, es una fiesta movible, que se celebra siempre a fines de Febrero o comienzos de Marzo. En aquellos tiempos, era por excelencia, una fiesta de alegría y diversión para niños, hombres y mujeres, donde se enharinaban y se tiraban papel picado y serpentinas, entonando y disfrutando, además, de la tradicional música y cantos alusivos al Carnaval de la región.
En esa fiesta, la gente formaba rueda y en su centro se ubicaban los músicos, tanto en la plaza como en el morro, lugares elegidos por los participantes de esa celebración. Recuerdo de mis tiempos de niño, que los instrumentos que componían el conjunto musical eran: violín. clarinete, guitarra y bombo. El violín lo tocaba don Baldomero Chuquitiglla, el clarinete, don Ramón calisaya; la guitarra, don Rosauro Núñez; el bombo, don Teófilo Vilca, en la actualidad, todos fallecidos (Q.E.P.D.)
MOCHA,...vivencias nuevas, recuerdos de siempre
Años que no visitaba Mocha en Febrero para la celebración de la Virgen de Lourdes, época de lluvias y otros fenómenos climáticos propios del invierno altiplánico. Esta vez invité a unos primos maternos, ariqueños, pero que viven en Santiago hace más de quince años y quienes siempre quisieron conocer este terruño del que les conversábamos mucho, especialmente cuando mis padres, Ernesto y Ester, aún vivían.